LA HISTORIA DE GEYSEL TIENE EL ENCANTO DE LAS COSAS SENCILLAS, COMO SON SUS PATATAS, SENCILLAS Y CON BUENAS MATERIAS.

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Además es una historia común a muchas personas, ¿quién no se ha sentido alguna vez decepcionado al abrir una llamativa bolsa de patatas fritas, y no encontrar más que una escasa colección de trozos de patata sin gusto alguno?. Gerardo Vidal, nuestro fundador, se cansó de vivir esta desagradable y cara experiencia e intentó hacer en su casa una patatas fritas con ayuda de su esposa, Selmi. Pelaron una patatas, les quitaron todas las partes feas que pudieran tener, las cortaron bien finitas y las frieron en abundante aceite de calidad, el resultado, como se pueden imaginar, les encantó. Pronto esas patatas fritas caseras, limpias, crujientes y sabrosas, comenzaron a hacerse populares entre familiares y amigos y algunos comercios de Sant Mateu les pidieron poder tenerlas a la venta. Gerardo y Selmi, montaron una pequeña cadena de producción en serie, respetando la fórmula original, los embolsaron y bautizaron el feliz hallazgo con las primeras sílabas de sus nombres de pila: Nació así Patatas Geysel. Con los años han crecido mucho las instalaciones, la plantilla, las áreas de reparto e incluso los productos Geysel, pero siguen siendo fieles a su fórmula tradicional. La fórmula del éxito de las mejores patatas fritas del mundo.